A mi juicio hay dos razones fundamentales para este crecimiento. Por un lado la efectividad de la herramienta y por otro la falta de homologación de la profesión. El coaching está provocando resultados de efectividad de alto impacto en aquellos espacios donde se aplica de manera correcta. Ello provoca que el “boca a boca” difunda la ventaja de implementar procesos de coaching por parte de quienes quieren mejorar cualquier área de su vida, sea profesional o personal.
En cuanto a la falta de una acreditación homologada que defina quién puede autodenominarse coach y quien no, provoca que cualquiera con un curso de coaching on-line de apenas 20 horas se anime a anunciarse como coach y prestar sus servicios. Que tenga éxito o no dependerá a medio plazo de su talento y del aprovechamiento que a modo de feedback le reporte la experiencia. Siendo justos, ni el motivado aprendiz de 20 horas on-line tiene por qué ser mal coach, ni el titulado, certificado y masterizadoo en la mejor de las asociaciones es bueno sólo con el título. Una vez más dependerá de los resultados que consiga con sus clientes. EDUCOACH: EL ARTE DE HACER PREGUNTAS:
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